El Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes es un evento de renombre internacional que se celebra en colaboración entre la Federación Mundial de la Juventud Democrática y la Unión Internacional de Estudiantes desde 1947. Este año, el festival tuvo lugar en Rusia, atrayendo a jóvenes de todo el mundo. Juan Diego Perisset, representante de Human Hands, tuvo el privilegio de asistir al evento y compartir su experiencia con nosotros. En este articulo nos adentraremos en lo que vivió durante este encuentro de relevancia global.
Voluntario e integrante del área de comunicación de Human Hands
Esta crónica parte de una utopía, de querer poner en palabras emociones, experiencias y sensaciones que son indescriptibles. Aun así, aquí estoy intentándolo para poder acercarte a esta experiencia inolvidable que todo joven merecería vivir.
Cincuenta horas de taxis, migraciones, vuelos, esperas, acreditaciones, exámenes y de golpe estábamos adentro, ya éramos parte del WYF2024. Con la ropa de hace 3 días, una bolsa con nuestra acreditación y la mochila de viaje cargada, pero lo habíamos logrado, estábamos en un evento que nos iba a cambiar la vida. Se escuchaba música de fondo, eran hits, imposible no conocerlos, coreados por el murmullo típico de personas que están disfrutando. “Vamos para donde se ve luz y ruido”, dijimos y nos mandamos.
Mientras recorríamos esos 200 metros que nos separaban del escenario empezamos a conocer la esencia del Festival Mundial de la Juventud (WYF por sus siglas en inglés). La alegría de los participantes se hacía visible en su cara y en sus ganas de conocer a los demás… “Hola soy …. de India”, “Argentinos? Cómo están? Soy de Túnez mi nombre es …”. Definitivamente, no éramos los únicos que sentíamos que los 6 días del evento no iban a alcanzar para aprovecharlo al máximo.
Sin darnos cuenta, obnubilados por la magnitud del evento llegamos hasta el escenario principal por el que pasaban continuamente músicos de gran nivel que hacían vibrar a más de 1500 jóvenes. Así, en la primera hora dentro del evento pude sentir lo que implicaba representar a una organización como Human Hands frente a referentes de todo el mundo.
Y a esta altura te estarás preguntando, de que se trata el Festival Mundial de la Juventud. Es un evento organizado por el gobierno de Rusia que busca crear relaciones duraderas entre jóvenes activos de todo el mundo que tendrán que construir juntos un futuro común. En Sochi, la ciudad que fue sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014, se reunieron 20.000 participantes seleccionados de más de 180 países.
Durante los cuatro días siguientes la dosis de vértigo nunca menguó. Conocer referentes y proyectos increíbles tanto desde lo tecnológico como desde lo ambiental y humano, nos permitió ver que, así como lo hacemos en Human Hands, hay jóvenes en todo el mundo que entienden que hay que “ser el cambio que querés ver” y que es el momento de actuar en favor del mundo que soñamos.
El intercambio constante me expuso a realidades muy diversas, pero de esa diversidad surgió un gran aprendizaje, que a riesgo de caer en el cliché se los voy a compartir: “Somos todos seres humanos y nos conectan muchísimas más cosas de las que nos desconectan”. Debo reconocer que comprenderlo no fue sencillo, pero creo que hay un ejemplo que lo evidencia. El idioma ruso nos resulta ininteligible, suena brusco y no podemos entender a que se refiere, pero al detenernos y observar a nuestro interlocutor podemos comprender su interrogante y lo que nos plantea… hasta en la comunicación más compleja nos podemos comprender. Una vez realizado este paso, el siguiente fue ver que nuestros objetivos son similares, cuidar nuestro hogar en este caso el planeta tierra y a quienes lo habitan en este caso a nosotros como especie y a las demás. Y en este camino somos muchísimos los rusos, europeos, latinoamericanos, pakistaníes y un larguísimo etcétera de seres humanos dispuestos a tomar acción en pos de un mundo mejor.
Muestra de esto fue ver en una conferencia sobre ONG´s a oradores de países tan diverso como Indonesia, Brasil, Uzbekistán y Rusia, dialogando sobre la importancia de la cooperación entre organizaciones a nivel mundial. En este aspecto, fue muy bien recibido el proyecto de Activistas de la Comunicación como un mecanismo de conectar y dar a conocer las iniciativas de otras organizaciones.
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